Con la entrada de hoy pretendo dar un alto en el camino, si saldré del contenido habitual para hablar de la experiencia que mis compañeros del MeBA y yo, rodeados de números emprendedores, pudimos disfrutar los días 17 y 18 de febrero.
Alfonso López, director del MeBA, nos invitó a las VII jornadas académico profesionales de Balance Scorecard (cuadro de mando integral). La inauguración tuvo lugar el jueves a las 17 horas y desde entonces pudimos disfrutar de diferentes ponencias, todas basadas en experiencias acertadas de cómo implantar a nuestro modelo de negocio el Balance Scorecard.
Todos los ponentes estuvieron acertados y querría darles las gracias por todos los conocimientos que fueron capaces de transmitir en tan poco rato.
Por destacar una, fue el buen comienzo de boca que nos dejó Julio Cerviño (profesor Titular de la universidad Carlos III), nos hizo ver que los seres humanos somos capaces de no ver el producto que realmente estamos comprando sino que fijarnos solo en la marca que ello conlleva, con ejemplos tan sencillos como “Rolex” al adquirir este producto tú no te compras un reloj te estas comprando un “Rolex”. Y si en ello nos paramos a reflexionar es algo que hacemos constantemente, bebemos actimel porque la marca nos da seguridad y transmite que con ello no nos acatarraremos pero es un producto lácteo que podríamos encontrar a un precio mucho menor con una etiqueta diferente. Conducimos un BMW pero, como nos hacía ver Julio, si nos ponen las características de los coches y no nos dicen marca, probablemente no sería esta la marca que eligiésemos o tardaríamos más en realizar el proceso de compra si desconociésemos la marca (experiencia que demuestra él, con sus alumnos de clase). Tras sus reflexiones en voz alta nos hizo ver la importancia de saber posicionar una marca en el mercado para que sean los clientes los que vengan a comprarnos por nuestro prestigio de marca.
Con el ejemplo de grupo Pascual, Sirasa y Obinasa, que han sabido adaptar la situación actual a su modelo de negocio, llegamos a una deliciosa cena en lo alto del World Trade Center de Zaragoza.
Aunque la ponencia de todos fue espectacular el viernes, tengo que destacar a José María Gasalla quien nos supo dejar impresionados desde su entrada en su ponencia hasta el momento en el que se despidió de todos.
Aunque sea de esta manera tan sencilla agradecer a Alfonso que nos brindase la oportunidad de poder compartir estas jornadas con él y sus amigos, como quiso reseñar en la presentación. Animando a todo el mundo que el año que viene se anime con las VIII porque seguro que será una experiencia que valdrá la pena.
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